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Post por illander el Jun 18, 2007 16:19:01 GMT 1
Tiempo después del engaño de Kil'Jaeden sobre los clanes orcos, las batallas en torno a Draenor volvieron a los orcos unos contra otros. Sin un enemigo común, el ansia de destrucción llevó a los orcos a competir entre ellos en pruebas de fuerza y luchas fraticidas. Ante la aprobación de esta dinámica por parte de los nigromantes, los brujos que estudiaban la magia y mantenían el balance del poder, pensaban que ningún orco sobreviviría, como ellos, Durotan, jefe del Clan Frostwolf, advirtió que esta conducta acabaría con el pueblo orco. Nadie escuchó a Durotan y otros jefes de clanes más poderosos se proclamaron campeones de guerra.
Los brujos advirtieron que para avanzar en el dominio de la magia, los orcos debían encontrar un nuevo enemigo común. Fue en ese tiempo, cuando los brujos se percataron de la presencia de una hendidura interdimensional. Pasaron años estudiando los misterios de ese fenómeno y haciendo ensayos y pruebas, hasta que se percataron de que tal hendidura se podía emplear como portal para enviar a un clan al otro lado. Una fuerza expedicionaria se internó en el portal y al volver, sus hermanos orcos creyeron que lo que había más hallá del portal los había enloquecido. pero las muestras de plantas que los enviados por el portal trajeron, daban buena cuenta de que sus relatos eran ciertos.
Tres meses después, siete guerreros se adentraron en el portal y volvieron con reportes detallados sobre el mundo del otro lado. Este nuevo mundo era Azeroth, y los orcos comenzaron a saquear las aldeas de los humanos. Pero para asegurarse la victoria, el Consejo de las Sombras invocó a Mannoroth el Destructor. El Consejo convenció a los jefes de todos los clanes para que bebieran de la sangre de Mannoroth, obteniendo así una sed de sangre que los volvería invencibles. Todos los jefes de los clanes, a excepción de Durotan, bebieron y se convirtieron en siervos de Mannoroth, y estos contagiaron su lealtad al demonio a sus hermanos del clan.
Con las ansias de destrucción renovadas por la sangre de Mannoroth, los orcos se lanzaron a la carga y Gul'Dan reunió al pueblo orco en una Horda, dentro de la cual los jefes de clanes lucharían entre ellos para coronarse como jefes supremos. Con engaños y manipulaciones, Gul'Dan logró sus planes, y Blackhand el Destructor, señor del Clan Blackrock se hizo con el puesto de Señor de la Guerra y dominó sobre la Horda con su crueldad y sus ansias de poder.
El plan de Blackhand era simple. La unificación de todos los orcos y la destrucción absoluta de la raza humana del recién descubierto mundo de Azeroth. La Horda sería el ejército de la Legión de Fuego y había dado comienzo la Primera Guerra de Azeroth.
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